Estoy a menos de una semana de la llegada de una nueva menstruación. Y no puedo evitar ilusionarme, pensar que esta vez será. Más boluda no puedo ser. Después de más de un año de búsqueda activa y sin resultados el diagnóstico es claro: ESTÉRIL. Más aun habiendo reforzado con clomifeno unos meses. Igual estoy expectante. Vivo en un mundo de fantasías donde todo es posible y las ilusiones más utópicas se hacen realidad. Se me viene una semana emocionalmente complicada. Empecé la mañana con pocas ganas de levantarme, alargando cada paso: el desayuno, el baño, vestirme. Revisando en demasía apps del celular, hasta googleando cosas. Después me embronqué con unos malos recuerdos del pasado que no puedo soltar. Me concentro en eso y le doy mil vueltas en mi mente. Ensayo posibles reacciones que debí haber tenido. Me encolero. Con los demás y conmigo, claro. Quiero saber qué consecuencias negativas trae esta mala sangre en mi organismo. También quiero saber cómo soltar, ver desde afuera,
Por suerte he estado un poco más concentrada en el trabajo y algo más productiva. Ayer había empezado a escribir algo y como me puse más de cabeza a trabajar no lo terminé y no lo publiqué. Ya lo voy a publicar, era algo abstracto, no el relato de mi día. Estos días he estado pensando mucho en esa historia de amor que no resultó. En que si aquella vez cuando se él alejó de mi yo hubiera apenas sospechado que pasados los años habría algo latente... de otra forma hubiera vivido. Con más intensidad, más despreocupación... menos apego, menos dramatismo y menos rigidez, sobre todo. Hoy las casualidades me trajeron un horóscopo que para mi signo dice "las chances en la vida siempre vuelven en el plano afectivo" y no creo en los horóscopos pero me causó gracia lo atinado del mensaje. Después fui yo la que no pudo profundizar y la que se alejó, con tristeza. Pero quiero vivir con la certeza de que en otra vuelta puede darse. Y ahí la vida me tiene que encontrar entera y mejor. Y